
Al principio de su reinado, Luis XIV, no encontraba ninguna mansión real que le complaciera plenamente. Vivía en París; en el Palacio Real, en el Louvre, en las Tullerías.
El rey comparaba las ventajas y los inconvenientes de estos palacios y, para paliar sus incomodidades, realizó importantes reformas pero en ninguno de ellos llegó a sentirse cómodo.
1651: el rey efectuó su primera visita a Versalles. Fue entonces cuando se produjo el "flechazo".
1660: el 25 de octubre, Luis XIV, llevó a Versalles a su esposa, la reina María Teresa.
1661: empezaron los nuevos trabajos de ampliación
De 1661 a 1662, el rey invirtió un millón cien mil libras. La decisión de Luis XIV de edificar en el lugar en que estaba el pequeño palacio de su padre uno de los más maravillosos palacios de Europa ocasionó duras críticas entre los cortesanos. Quedan testimonios de esas secretas oposiciones; el lugar no estaba bien escogido: "Versalles lugar ingrato, escribió Saint-Simon, triste, sin vida, sin bosque, sin agua, sin tierra, parece que todo son arenas movedizas y pantanosas, sin aire, en consecuencia: no es bueno".
Si deseas realizar la visita virtual al Castillo sigue este vínculo:
http://www.chateauversailles.fr/fr/
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